He estado dándole vueltas a la cabeza en la última semana sobre qué contenidos podía darle a esta ventanita digital. Evidentemente saldrán muchas cosas, con mayor o menor éxito. Sin embargo, ayer me vino una idea que puede resultar —espero— atractiva y cómoda. Quiero retarme a lanzar diariamente alguna reflexión antes de que muera el día. Ya sea un párrafo o apenas un par de líneas, creo que merece la pena irse a la cama dejando por escrito las ideas que han ido llegando a la mente a lo largo de todo un día. Una especie de diario, sí.
—¿Funcionará?
—¿Y por qué no?